martes, 18 de diciembre de 2012

EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO



 






Muy ilusionado me he dirigido esta tarde al cine para emprender mi cuarto viaje a la Tierra Media, y después de dos horas y cincuenta minutos he vuelto a casa más jodido que contento, con sentimientos encontrados.

Comenzaré con los que para mí son los aspectos más positivos de la película, que no son pocos. En primer lugar, visualmente hablando, es una de las películas más espectaculares que he visto nunca. La definición de la imagen es increíble, el formato HFR 48 no resulta raro cuando el ojo se acostumbra (después de la primera escena), los paisajes son una auténtica maravilla, para mí incluso mejores que en El Señor de los Anillos y la recreación de los distintos asentamientos es "acojonante", con la recreación de Erebor he "alucinado pepinillos".

Peter Jackson plasma en la pantalla la Tierra Media de manera maravillosa (no es nada nuevo) y eso me encanta, me encanta ver en movimiento todo lo que previamente he leído, y por esta razón me han encantado los enanos, la interpretación que se presenta de ellos es, a mi modo de ver, buenísima, como se comportan, como luchan, como hablan, todo correctamente hecho. Mención a parte merece la escena de la canción Misty Mountains, para mí es espectacular (lástima que la hayan doblado).

Por otro lado, brillan con luz propia las interpretaciones de Sir Ian Mckellen y Martin Freeman. Mckellen porque no habrá nunca otro Gandalf igual, porque es el mago perfecto y porque consigue transmitir ni más ni menos que lo que transmite su personaje en cada momento del libro. Freeman, por su parte, cierrra una muy correcta interpretación, haciendo un Bilbo bastante creíble, recatado a la vez que gracioso y con una pizca de valentía (hasta que el guión dice lo contrario), el actor  transmite mucho con las expresiones de su cara, salvando con nota su primer encuentro con Bilbo Bolsón.

Por último decir que la historia que se cuenta en la película, repito, en la película, está muy bien llevada, el comienzo no se me ha hecho pesado, y me ha parecido realmente dinámica. Divertida y llena de acción como las mejores películas de aventuras.

Aquí terminan las cosas buenas de El Hobbit, que como ya he dicho, no son pocas, y que harían de cualquier film, sin dudar, un gran blockbuster totalmente disfrutable.


El problema es que esta película no es una película cualquiera, esta película es la adaptación de un libro, y entiendo que lo que tiene que hacer es contar lo ocurrido en el mismo. Por supuesto, también soy consciente de que a la hora de adaptar un libro a la gran pantalla, irremediablemente hay que tomarse pequeñas licencias por determinadas circunstancias, pero es que lo que se ha tomado Peter Jackson no son precisamente "pequeñas licencias".

Mi crítica no deriva de la aparición de los apéndices de El Señor de los Anillos en esta película, es más, me ha gustado tanto la escena del pasado de Thorin (aunque no sea del todo cierta), como la del Concilio Blanco. Para mí siempre es interesante conocer más acerca de la Tierra Media, y además creo que no le hacen ningún mal a la cinta.

Así pues, mi crítica se dirige directamente al trato que ha recibido el libro por parte de Peter Jackson, y a esas licencias que ya decíamos antes que se había tomado. Se han hecho muchísimos cambios en el desarrollo de la historia, algunos no muy importantes y otros que sí los son, y lo que es más grave, algunos sin sentido ni finalidad, cambios porque sí, cambios gratuitos que llamo yo.

No tienen excesiva importancia por ejemplo, las variaciones en la escena de los trolls o los cambios en la guarida de los trasgos, tampoco el distinto encuentro entre Bilbo y Gollum, aunque "clama el cielo" que ni siquiera se respete como encuentra Bilbo el anillo, sobre todo cuando en El Señor de los Anillos sí se hizo, con el resultado final de que no "cuadren ambas escenas" (claro ejemplo de cambio gratuito que no vale para nada e incluso perjudica).

Sin embargo, las que sí tienen importancia son esas variaciones que cambian realmente los hechos ocurridos o, peor aún, se los inventan, modificando con ellos la identidad de los personajes y, por tanto, también la de la historia.

No es normal utilizar a Azog, rey de los orcos, como enemigo principal de la película cuando en el libro ni aparece, es más, en el momento en que ocurren los hechos de El Hobbit lleva muerto casi 150 años.

No es normal que se cambie a placer una de las escenas más importantes de la historia, "de la sartén al fuego". No es normal poner orcos en vez de trasgos y no es normal que el "valeroso" Bilbo Bolsón (hagasé hincapié en las comillas) salve de una muerte segura a Thorin Escudo de Roble, matando sin dudar a un orco de las mismísimas montañas nubladas y plantando cara, nada más y nada menos, que Azog y a su wargo blanco.

Tampoco es normal que le hagas pensar al espectador que Thorin es un "cabronazo" que odia a Bilbo y lo quiere ver de vuelta a casa, cuando en realidad no es así.

Todos estos cambios lo único que consiguen es adulterar la historia y viciarla, de tal manera que lo  que ves en pantalla ya no es El Hobbit, sino un historia distinta con los personajes de El Hobbit.

Pese a lo dicho, tengo claro que es una gran película de aventuras, y que si no me hubiese leído el libro estaría contando los días para el estreno de la segunda parte, pero no es así, y la realidad es que me ha decepcionado bastante, una pena.

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