viernes, 5 de julio de 2013

THERMAE ROMAE #2



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Edición original: Thermae Romae Vol.2
Guión: Mari Yamazaki
Dibujo: Mari Yamazaki
Formato: Rústica con sobrecubiertas, 176 págs. en B/N (6 a color) 


Lucius llega a Roma después de tres años en Jerusalén junto al emperador, pero su mujer ha abandonado el hogar para a vivir con su familia. Como consecuencia de esto, nuestro protagonista ocupa el día emborrachándose y ahondando en su dolor, convencido de que su mujer le ha dejado porque él no le ha podido dar un hijo. Su amigo Marcus le acompaña a una Onotea (sacerdotisa) con el fin de que ésta le haga un tratamiento para mejorar su virilidad. Tras “visitar” el Japón moderno, Lucius vuelve preparado para fecundar, pero cuando va a recuperar a su mujer, descubre que ésta ya está embarazada de otro. En los años de ausencia por parte de Lucius, ella escuchó que éste era homosexual y amante del emperador, y por tanto, decidió separarse y relacionarse con otro hombre.

Tras arreglar algún que otro problema, viaje a Japón mediante, en unas termas de poca importancia, nuestro ingeniero es llamado de nuevo por el mismísimo emperador Adriano. Éste informa a Lucius de que va adoptar a un chico llamado Lucio Ceonio para que sea su sucesor, pues él no está bien de salud. Para que el pueblo vea con buenos ojos la llegada del nuevo mandatario, Adriano encarga a Lucius que haga unas termas sin parangón como obsequio para Roma.

Antes de pensar en ello, nuestro protagonista se da cuenta de que el emperador está realmente mal de salud. Dado que a éste le gusta mucho el Nilo y sus cocodrilos, Lucius, tras viajar a Japón, le hace a Adriano unas termas especiales que le recuerden al río africano.

Tras todo esto, Lucius comienza a agobiarse, pues sabe que las nuevas termas tienen que ser muy buenas, para convencer al pueblo de que quieran al “mal visto” y libertino Ceonio. Tras el correspondiente viaje a Japón, en el que acaba en una especie de “Aquapark”, el ingeniero realiza unas termas con tobogán que tienen un éxito increíble.

El problema que produce la nueva obra es que deja sin clientela a las termas más antiguas y modestas de Roma. Tras conocer la cuestión, Lucius no encuentra solución posible hasta que no viaja de nuevo a Japón. Allí se da cuenta de que los baños más modestos utilizan una especie de cupones y regalos para incentivar a los clientes. Así pues, cuando llega de nuevo a Roma, aplica lo aprendido, funcionando perfectamente. Además, Lucius vuelve de su viaje con una botella, que pide al cristalero que reproduzca con exactitud.

Al mismo tiempo, vemos como alguien está vigilando a Lucius, y parece que no le tiene mucho aprecio.

OPINIÓN

En principio, este segundo tomo me parece mejor que el primero en cuanto a que, en determinados momentos, se desarrollan (de manera muy tímida eso sí) otras tramas que no forman parte del esquema “problema-viaje a Japón-solución”, y eso, además de dar un poco más de continuidad a la historia, se agradece muchísimo.

El punto negativo a destacar, además de su esquema repetitivo (aquí menos acusado), es que los destinos a los que llega Lucius son buscados de manera ventajista por parte de la autora, con el fin de que vengan “a huevo” para resolver el problema planteado. Es decir, dentro de lo surrealista del guion, puedo entender el viaje interdimensional entre una terma romana y un baño japonés (por su similitud), pero de terma a criadero de cocodrilos, o de terma a parque acuático, sólo porque le viene bien al protagonista, me “chirria” un poco.

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